Un deseo de Navidad es que todos los pediatras de MΓ©xico puedan sospechar la presencia de trastornos mentales o del neurodesarrollo en los niΓ±os que atienden, y los canalicen debidamente con psiquiatras infantiles con quienes mantengan a su vez un vΓnculo profesional y hasta de amistad.
La medicina -y mΓ‘s aΓΊn la de los pequeΓ±os- debe de funcionar como una red. Veo a los padres muy solos en la bΓΊsqueda de un especialista para que sus hijos pueden recibir una evaluaciΓ³n . La mayorΓa (arriba del 95%) de los niΓ±os que atiendo en el consultorio no fueron derivados por su pediatra, y sus padres sufrieron un largo, muy largo peregrinar, sin ayuda ni orientaciΓ³n profesional. Deseo que esto cambie pronto
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